Big data y el internet de las cosas son fenómenos mundiales
que están en crecimiento continuo y que conllevan grandes responsabilidades a
nivel de la seguridad de los datos e información delicada, tanto personal como
empresarial que abarca desde gustos, enfermedades, actividades, intimidades centros de datos, actividad en
las redes sociales, aplicaciones en la nube, sensores y dispositivos móviles,
datos de actividades profesionales, datos bancarios, usuarios y contraseñas
para programas y aplicaciones digitales, listados de clientes y proveedores,
entre otros.
Gracias a la capacidad predictiva de las nuevas tecnologías
conectadas en red y a que analizan en
tiempo real una gran cantidad de datos que pueden ser accesados por un sin número
de aplicaciones y personas la seguridad de los datos se ve gravemente vulnerado
si no se aplican las medidas necesarias para su resguardo e integralidad. Estos
dos fenómenos tecnologicos generan grandes ventajas sociales y económicas para todos los
sectores pero si no se mira en la magnitud de crecimiento que tienen hasta el
momento pueden volverse en contra y generar caos por la posible filtración de
datos o incluso la falta de conciencia de los usuarios de todos los rastros de
su privacidad que dejan en la red o en los dispositivos que usan a diario.
“Actualmente el mundo avanza a pasos gigantescos en temas
tecnológicos y de gestión del riesgo, pero a Colombia aún le falta un largo
camino por recorrer aunque cuenta con importantes avances en materia de
competitividad tecnológica, pero a pesar de ello, la apropiación de las
tecnologías avanzadas como la computación en la nube, la robótica, la
inteligencia artificial o el big data es poca y lenta. Esta es una de las
conclusiones del más reciente Observatorio de Economía Digital realizado por el
MinTIC.”
Se hace necesario generar una conciencia social
A medida que el país va adoptando estas tecnologías, porque normalmente las personas aman usarlas pero no se hacen responsables o no tienen el conocimiento de los riesgos que corren al ingresar o generar datos todo el tiempo; inicialmente la gestión del riesgo en estos fenómenos tecnológicos debería centrarse en los usuarios quienes son el eslabón de seguridad más débil de la seguridad, pero sin abandonar todos los protocolos necesarios para no caer en la delicada situación de filtración o robo de datos. Es claro que aquellos dispositivos conectados o datos almacenados en la red son susceptibles de ser atacados, pues la seguridad absoluta en informática no existe. Siendo conscientes de esto, ya es decisión de cada usuario valorar qué parte de su vida y de sus datos está dispuesto a mantener online, ceder para su uso o proteger a toda costa, pero si el usuario no conoce los riesgos a los que se enfrenta, o ni siquiera conoce el alcance de las tecnologías para almacenar sus datos no tendrá tan fácil la elección.

En los procesos Big Data y es imprescindible equilibrar la seguridad y la
privacidad.
La sensación que tienen los consumidores es que han perdido el control de sus propios datos, que ya no son sus dueños. Para ganar la confianza de la sociedad, la única alternativa es la transparencia. Es decir, las empresas tienen que hacer un uso transparente de los datos y en lo posible informar y capacitar a los usuarios en cuanto a riesgos con los accesos a la información que se otorgan a las aplicaciones.
¿Que tanto sabes sobre las huellas que dejan tus dispositivos en la red?
¿Conoces las leyes que regulan el manejo de datos personales en tu país?